NO HAY QUE LLORAR (en Belisario Club de Cultura)

En el Teatro La Tertulia, Gallo 826, nos tocó ver "No hay que llorar" de Roberto Cossa.
En el seno de una familia de clase media, el cumpleaños de Luisa reúne a varios de sus integrantes para el festejo. Así van llegando Graciela (Victoria Aragón), su marido Osvaldo (Gabriel Daneri); Ester (Georgina Sica), su esposo Pedro (Sergio Theaux); y Gabriel (Daniel Beniluz).
Pedro, Gabriel y Osvaldo son los tres hijos de Luisa (Norma Gordon), quien está recostada en su cuarto porque no se siente bien.
Pedro es el hijo más chico, débil, sensible, llorón, culposo y el más apegado a Luisa.
Gabriel es el hijo "exitoso" que llega al cumpleaños desde lejos, albergando un megaproyecto que entusiasmará al resto y que, según sus cálculos, "no puede fallar".
Osvaldo es el hijo mayor, vago, bebedor; su esposa es Graciela, llamativa, seductora, ostentosa. Ambos componen un matrimonio mal avenido y, tanto Gabriel Daneri como Victoria Aragón, juntos e individualmente, aprovechan logradamente la riqueza de sus personajes y nos entregan a Graciela y Osvaldo, con quienes logran momentos desopilantes.
Es Graciela quien promete la visita de un importante médico que atenderá a Luisa en su malestar. Mientras esperan al eminente "profesor de la Universidad", surgirán charlas, reproches, llantos, risas y pedidos de favores.
Nada diferente de lo que puede ocurrir en cualquier familia hasta que alguien abre un cajón y descubre el "secreto" de Luisa.
A partir de allí, todos girarán alrededor de ese descubrimiento y asomarán sus miserias, ambiciones, proyectos truncos, competencias y toda la galería de mezquindades que pueda imaginarse.
Luisa se levantará de la cama y se reunirá en el living con sus hijos y sus nueras, con el objeto de celebrar su cumpleaños, sin saber que el festejo ha derivado en otra cosa.
La obra tiene muchos momentos de comedia pero a causa de la mezquindad y las ambiciones de sus protagonistas, desemboca en un cruel desenlace.
El conjunto actoral logra una acertada interpretación de todos los personajes; correctamente dirigidos por Jorge Alberto Gómez, quien logra un fluido ir y venir de los protagonistas, mostrando escenas limpias a la vista del espectador.
"No hay que llorar" resulta un retrato cruel de una familia típica de clase media argentina.

Clasificación:


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Podés verla:

Viernes 21 hs.
Belisario Club de Cultura
Av. Corrientes 1624 - Ciudad Autónoma de Bs. As.

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